En el restaurante se pueden encontrar tanto platos típicos canarios como creativos e innovadores. La búsqueda constante por la excelencia para los clientes se refleja en la totalidad de la carta, que está libre de gluten, permitiendo así a todos disfrutar de la comida casera. El restaurante fue fundado como bodegón GRAN TARAJAL por doña Felicia y don Isabelino, y más tarde pasó a doña Aurelia, la segunda esposa de Isabelino. Posteriormente, pasó a manos de los padres de los actuales propietarios, quienes con delicadeza, trabajo y esfuerzo lograron que el negocio continuara su camino. Finalmente, los actuales propietarios asumieron la dirección del local, transformándolo en el restaurante que es hoy. Su interés persistente es mantener el nombre de GRAN TARAJAL en lo más alto, conocedores de que tanto para sus primeros dueños como para sus padres es un orgullo ver hasta dónde han llegado.
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