Mol Café

Mol Café, ubicado en el popular barrio de Schamann es el exitoso proyecto de Matías Hernández, que convirtió un garaje abandonado en un lugar de peregrinación para la legión de seguidores con la que cuenta. «Viene gente de toda la isla, turistas, visitantes de cruceros... es una auténtica locura. El secreto es la constancia y el cariño. Disfruto haciendo esto y me gusta que la gente cuando viene disfrute de los bocadillos, los dulces y de la filosofía que intentamos transmitir». La estrella es «el bocadillo de la casa; con un pan de avena con pasas, guacamole, tomate y queso tierno. Todas las salsas y mermeladas las hacemos nosotros, es un trabajo grande pero muy reconfortante». Sólo hay que ir cualquier día y ver las colas para saber que ahí se hacen las cosas perfectas.

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