Este restaurante viene a conformar la suma de todos los viajes y las experiencias que su chef y propietaria, Jennise Ferrari lleva a sus espaldas. El resultado no puede ser más sorprendente, delicioso y cautivador porque la cocina de Ferrari se convierte en inolvidable tan pronto como se prueba. La sala, pequeña y acogedora, la atención personalizada y las sorprendentes propuestas de su carta, como la viera con miso y tobiko o su salmón tartar sobre cama crujiente de arroz, yuzu y mayonesa de chiplote son platos que nadie debería perderse porque consigue estimular cualquier paladar desde el primer bocado.